Luego de varios años de tener un amigo, de pronto te das cuenta de que es necesario dejarle que viva su vida como él la quiera vivir.
Es el mismo amigo que cuando te vió jodido te animó, el mismo que te prestó cinco pesos para el camión o te invitó la torta en su casa.
Pero ¿Por qué cuando ese mismo amigo cae en la desgracia, se niega a que le ayudes?
¿Por qué no puede seguir tus consejos?
La respuesta es: porque no te los está pidiendo, de hecho no necesita tus consejos, acaso tu dinero, pero no tus palabras.
Sin embargo, todas esas cosas que pasan entre ustedes desde el momento en que tu superas tus broncas y tu amigo cae en desgracia, son el principio y el fin de los verdaderos problemas, porque que tu cuate sepa que no eras capaz de resolver esas broncas en su momento es lo que te impide ser ante sus ojos un interlocutor para sus propios problemas.
Lo que es aconsejable al momento en que un cuate cae en desgracia y por más que quieres ayudarle, es presa de sus propios círculos viciosos, es alejarse de él y dejarle que primero los arregle como él pueda y esperar a que realmente te pida los consejos o ayuda.
Es un hecho sustancial en la vida que si permaneces cerca de personas con problemas o crisis emocionales, esa vibra se te contagia y lo permeas a tu propio entorno, por lo que terminas con problemas y crisis tú también.
Cuando alguien no quiere salir del hoyo en que se encuentra, tú te quedas entrampado con él y por lo tanto, tampoco podrás salir.
Los amigos son lo mejor que te puede suceder en la vida, también lo es que puedas vivir plenamente y sin complicaciones, piensa cómo puedes ayudar y una manera de hacerlo más eficientemente es no estorbando.