Hay quienes te miran y te escuchan todos los días; es una bendición para ellos porque tienen la oportunidad de sentir la fuerza de tu mirada y hasta, si quisieran, embelesarse con el sonido de tu melodiosa voz.
Sin embargo, luego cuando termina el día, siguen su vida, hacen las cosas que realmente les importan y tu rostro desaparece de sus conciencias, tus palabras dejan de tener sentido y dejan de sonar en sus oídos, simplemente se olvidan de tu existencia.
Pero aquí, en mi corazón, en lo más profundo de mi alma, aún recuerdo cada palabra que pronunciaste, cada mirada; mi vida no tiene sentido sin la miel de tus ojos, mis pasos no pueden encaminarse si no recuerdan la voz que los ha guiado durante todo este tiempo... aquí se te recuerda siempre, te importe o no, te haga falta o no, lo ocupes o no.
La diferencia entre las personas que quieres que estén en tu vida y yo, es sencilla, yo te amo; sin que tengas que dar nada a cambio, sin que tengas que llamar o mensajear o escribir indirectas en ninguna red social. Te amo por que existes, así de simple y llano.
Y te amo... desde el momento en que decidí que ibas a ser el último gran amor de mi vida y así será por siempre, mientras haya vida, mientras haya un luz en mis ojos o hasta que el aire deje de entrar a mis pulmones, te amaré incluso, después de que vuelva a ser el polvo estelar que una vez me formó.