4 mar 2010

El divino Estado de Derecho y el miedo de las autoridades...

Supongamos que Usted es una mamá que todos los días se enfrenta a la violencia doméstica...
Supongamos que un día su marido, esposo u lo que sea, se le atraviesa algo y la corre a punta de patadas (literalmente) de su casa y él se queda con los hijos...
Supongamos que Usted se dirige más rápido que inmediatamente a la Agencia del Ministerio Público más cercana a interponer su denuncia por querella y al declarar, señala que el marido violento se quedó con los menores.
Supongamos que también Usted se dirige a las oficinas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia y les informa que el marido violento se quedó con los menores.
Supongamos que tiene Usted para pagar abogado y que éste le consigue una orden de custodia provisional en su favor para que los menores se queden a vivir con Usted.
Supongamos que al llegar al juzgado el Juez Penal se entera de que el violento tiene a los menores y que Usted denunció que el marido se los quitó.
¿Qué es lo que sucede?
NADA.
No existe autoridad en éste divino Estado de Derecho que (según ellos) quiera hacerse responsable de reintegrar a los menores con la mamá.
Esto no es nuevo, en México la mayoría de las autoridades no ejercen sus atribuciones porque les da terror hacerlo, no están preparados sicológicamente para enfrentar las responsabilidades del cargo.
Sólo van a cobrar la nómina, sólo se encargan de los asuntos superficiales, es un "yo hago como que trabajo, para que no me corras y punto".
Sólo la Sociedad tiene el poder de cambiar las cosas y debemos y tenemos la obligación histórica de hacerlo, ¿Qué otra cosa le podemos legar a nuestros hijos, si no?

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