Érase una vez un corazón que destrozado caminaba por la vida.
Un día cualquiera se encontró con otro corazón.
Ese corazón era demasiado joven para amar.
A pesar de ello, ambos corazones se dieron una oportunidad.
Una oportunidad para quererse.
Una oportunidad para cuidarse.
Una oportunidad para compartirse.
Y sucedió que aquéllos dos corazones unieron sus vidas.
Y sucedió que aquéllos dos corazones empezaron a amarse.
Con las complicaciones de la distancia.
Con las complicaciones de la edad.
Pero a pesar de todo, siguieron amándose.
Y esta historia no ha concluído.
Y esta historia aún no tiene final.
Y eso es lo más hermoso de la historia.
Que es la vida la que sellará su destino.
Que es la vida la que dirá lo que será.
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