22 oct 2012

Cuando no estás...

¿Por qué cuando no estás el tiempo es tan lento,
el Sol no brilla igual,
los trinos de las aves no se escuchan,
las risas de los niños son sólo muecas,
el rojo del atardecer es tan difuso,
las noches son tan frías,
la Luna no es tan hermosa,
el mar no es azul intenso,
el bosque no tiene su esencia,
el aire es tan denso y pesado?

¿Por qué cuando no estás, todo, todo es tan diferente?

Y me respondo: quizá porque tu presencia le da sentido a todo, hace que valga la pena vivir.

21 oct 2012

Suspirar...

Suspirar;

Viendo una foto de ella, 
con los ojos anegados,
el recuerdo estrujando el corazón; 

la desesperanza de extrañarla tanto,
saber que ella jamás lo querrá,
que ella ni por casualidad posará sus ojos en él,
que ella no le piensa,
que a ella no le importa nada de lo que a él le pase...

O si tiene sueños...

O cuáles son sus inquietudes,
cuáles son sus anhelos más profundos,
ella ignora sus sentimientos y problemas,
viviendo su vida como si él no existiera;

pensar en todo ello, con un nudo en la garganta y a pesar de todo...

Sonreír.

20 oct 2012

Recuerdos Oscuros...

La noche convierte los mejores momentos en recuerdos oscuros, en simples promesas de amor no cumplidas que se desvanecen al amanecer...


Es por la noche cuando su recuerdo pega más fuerte, cuando no existe otra cosa en el pensamiento que su sonrisa, que su mirada, que su voz.


La noche, esa que nos cubre con su dolor, con su malévola costumbre de dejarnos en la penumbra, solos, sin nada para consolarnos...

La noche tiene sabor a su cuerpo, a su risa, a sus silencios, a su olor... la noche es el momento en el que hasta despierto le siento cerca.

Es por las noches cuando hasta las estrellas tiemblan porque saben que su recuerdo mata las ilusiones, que pensar en ella lastima, agrede...

Es por noche cuando ni la luna más hermosa puede llenar de luz, en la que todo desaparece sin dejar rastro, hasta el recuerdo más hermoso...

La noche, la hora del día a la que no quiero llegar, pero que invariablemente, está ahí para acabar con mi felicidad y hundirme por siempre.

17 oct 2012

Metamorfosis...

METAMORFOSIS

Era un cautivo beso enamorado
de una mano de nieve que tenía
la apariencia de un lirio desmayado
y el palpitar de un ave en agonía.

Y sucedió que un día,
aquella mano suave
de palidez de cirio,
de languidez de lirio,
de palpitar de ave,
se acercó tanto a la prisión del beso,
que ya no pudo más el pobre preso
y se escapó; mas, con voluble giro,
huyó la mano hasta el confín lejano,
y el beso, que volaba tras la mano,
rompiendo el aire, se volvió suspiro.

Luis G. Urbina.

Post-Umbra.

Post-Umbra

Con letras ya borradas por los años,
en un papel que el tiempo ha carcomido,
símbolo de pasados desengaños,
guardo una carta que selló el olvido.

La escribió una mujer joven y bella.
¿Descubriré su nombre? ¡no!, ¡no quiero!
pues siempre he sido, por mi buena estrella,
para todas las damas, caballero.

¿Qué ser alguna vez no esperó en vano
algo que si se frustra, mortifica?
Misterios que al papel lleva la mano,
el tiempo los descubre y los publica.

Aquellos que jusgáronme felice,
en amores, que halagan mi amor propio,
aprendan de memoria lo que dice
la triste historia que a la letra copio:

"Dicen que las mujeres sólo lloran
cuando quieren fingir hondos pesares;
los que tan falsa máxima atesoran,
muy torpes deben ser, o muy vulgares.

Si cayera mi llanto hasta las hojas
donde temblando está la mano mía,
para poder decirte mis congojas
con lágrimas mi carta escribiría.

Mas si el llanto es tan claro que no pinta,
y hay que usar de otra tinta más obscura,
la negra escogeré, porque es la tinta
donde más se refleja mi amargura.

Aunque no soy para sonar esquiva,
sé que para soñar nací despierta.
Me he sentido morir y aún estoy viva;
tengo ansias de vivir y ya estoy muerta.

Me acosan de dolor fieros vestigios,
¡qué amargas son las lágrimas primeras!
Pesan sobre mi vida veinte siglos,
y apenas cumplo veinte primaveras.

En esta horrible lucha en que batallo,
aun cuando débil, tu consuelo imploro,
quiero decir que lloro y me lo callo,
y más risueña estoy cuanto más lloro.

¿Por qué te conocí? Cuando temblando
de pasión, sólo entonces no mentida,
me llegaste a decir: "te estoy amando
con un amor que es vida de mi vida"

¿Qué te respondí yo? Bajé la frente,
triste y convulsa te estreché la mano,
porque un amor que nace tan vehemente
es natural que muera muy temprano.

Tus versos para mí conmovedores,
los juzgué flores puras y divinas,
olvidando, insensata, que las flores
todo lo pierden menos las espinas.

Yo, que como mujer, soy vanidosa,
me vi feliz creyéndome adorada,
sin ver que la ilusión es una rosa,
que vive solamente una alborada.

¡Cuántos de los crepúsculos que admiras
pasamos entre dulces vaguedades;
las verdades juzgándolas mentiras
las mentiras creyéndolas verdades!

Me hablabas de tu amor, y absorta y loca,
me imaginaba estar dentro de un cielo,
y al contemplar mis ojos y mi boca,
tu misma sombra me causaba celo.

Al verme embelesada, al escucharte,
clamaste, aprovechando mi embeleso:
"déjame arrodillar para adorarte";
y al verte de rodillas te di un beso.

Te besé con arrojo, no se asombre
un alma escrupulosa y timorata;
la insensatez no es culpa. Besé a un hombre
porque toda pasión es insensata.

Debo aquí confesar que un beso ardiente,
aunque robe la dicha y el sosiego,
es el placer más grande que se siente
cuando se tiene un corazón de fuego.

Cuando toqué tus labios fue preciso
soñar que aquél placer se hiciera eterno.
Mujeres: es el beso un paraíso
por donde entramos muchas al infierno.

Después de aquella vez, en otras muchas,
apasionado tú, yo enternecida,
quedaste vencedor en esas luchas
tan dulces en la aurora de la vida.

¡Cuántas promesas, cuántos devaneos!
el grande amor con el desdén se paga:
Toda llama que avivan los deseos
pronto encuentra la nieve que la apaga.

Te quisiera culpar y no me atrevo,
es, después de gozar, justo el hastío;
yo que soy un cadáver que me muevo,
del amor de mi madre desconfío.

Me engañaste y no te hago ni un reproche,
era tu voluntad y fue mi anhelo;
reza, dice mi madre, en cada noche;
y tengo miedo de invocar al cielo.

Pronto voy a morir; esa es mi suerte;
¿quién se opone a las leyes del destino?
Aunque es camino oscuro el de la muerte,
¿quién no llega a cruzar ese camino?

En él te encontraré; todo derrumba
el tiempo, y tú caerás bajo su peso;
tengo que devolverte en ultratumba
todo el mal que me diste con un beso.

Mostrar a Dios podremos nuestra historia
en aquella región quizá sombría.
¿Mañana he de vivir en tu memoria...?
Adiós... adiós... hasta el terrible día."

Leí estas líneas y en eterna ausencia
esa cita fatal vivo esperando...
Y sintiendo la noche en mi conciencia,
guardé la carta y me quedé llorando.

Juan de Dios Peza.

16 oct 2012

Figulinas...

Figulinas

A Jacinto Benavente

¡Qué bonita es la princesa! 
¡Qué traviesa! 
¡Qué bonita! 
¡La princesa pequeñita 
de los cuadros de Watteau! 

¡Yo la miro, yo la admiro, 
yo la adoro! 
Si suspira, yo suspiro; 
si ella llora, también lloro; 
si ella ríe, río yo. 

Cuando alegre la contemplo, 
como ahora, me sonríe... 
Y otras veces su mirada 
en los aires se deslíe, 
pensativa... 

¡Si parece que está viva 
la princesa de Watteau! 

Al pasar la vista hiere, 
elegante, 
y ha de amarla quien la viere. 

... Yo adivino en su semblante 
que ella goza, goza y quiere, 
vive y ama, sufre y muere... 
¡Como yo!

Manuel Machado.

Días que no volverán.

Tu pelo tapando tus ojos radiantes, tu cara iluminada por la luz de la mañana.
Recargada de cualquier forma en la barandilla del segundo piso de aquélla hermosa escuela.
Recitábamos a Neruda, a Díaz Mirón, a Bécquer, a Mistral, a De la Cruz, a García Lorca, a Acuña.

"¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto 
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión."

Y tu infantil risa cada vez que enfatizaba la última palabra en cada línea.
Los hoyitos en tus mejillas cada vez que te reías.
Tus palabras hablando de todo lo que hiciste antes del receso, de tus triunfos, de tus planes.
Los eternos paseos acompañándote a tu casa, mientras disfrutaba el placer de tu compañía.
Ese primer beso que te robé casi frente a tu casa, los siguientes en los que te enseñé a besar.
Tus abrazos, tus manos, tu mirada, todo eso está impregnado en mi mente, en mis recuerdos.
Siempre serás el mayor de mis triunfos, la persona más difícil de olvidar.
Ahora escucho tu voz, escucho tus miedos, escucho tus sentimientos.
Quisiera poder hacer más por ti, pero sé que todo tendrá que ser a su tiempo.
Aún así, conservo la esperanza de que algún día pueda verte otra vez.
Que volveré a abrazarte, a besarte, pero la realidad me regresa, me ubica, me hace saber la verdad.

Hoy a pesar de la incertidumbre, sólo me queda brindar por esos días que no volverán.

15 oct 2012

La Noche...

Cayó la noche una vez más sobre la Ciudad, las estrellas poco a poco surgen cual luciérnagas temerosas, una a una en el rojo atardecer.

Noche sin luna, noche que desnuda los sentimientos, noche que te hace sentir más vacío, más vulnerable, más solitario.

Esa noche que te recuerda que aún tienes recuerdos, que aún piensas cosas que no deberías de pensar, sentimientos que aún están latentes en cada uno de los poros de tu piel.

A veces, al contemplar la oscuridad de esas noches tan desiertas, surge la pregunta de que si habrá un amanecer, o si el Sol volverá a brillar por la mañana.

Mirar las pálidas estrellas cómo cuelgan de esa bóveda inmensa, inalcanzable, inconquistable, reduce, minimiza, atemoriza.

¿Ese es el Cielo a dónde hay que ir luego de morir?, seguramente así será, el alma, una vez desechando ésta envoltura terrenal, estará pronta para subir ahí.

Buscar una imagen, una palabra, un reflejo enmedio de las constelaciones no es difícil cuando hasta cerrando los ojos surge esa mirada que antes te decía todo sin hablar.

Cuando en tu pensamiento está grabada hasta la forma en que caía su cabello por su frente, mientras el viento acariciaba su faz.

Pero es la noche la que en su eterno transcurrir la que te recuerda todo eso, es esa noche sombría la que te hace pensarle, necesitarle, quererle.

Es esa noche en la que algún día, todos tendremos que perdernos para siempre, pero que hoy, sólo transcurre lentamente, demasiado lentamente.

12 oct 2012

De esas veces...

De esas veces que te sientes tan solo...
De esas veces que recapitulas y te das cuenta de que todo lo has hecho mal, desde nacer.
De esas veces que nada de lo que haces funciona.
De esas veces que todo está ahí, pero sabes que en realidad no existe.
De esas veces que todo está agarrado con palillos y cinta adhesiva.
De esas veces que tu vida es un castillo de naipes.
De esas veces que por más que quieres a una persona, es imposible provocar en ella siquiera un suspiro.
De esas veces que realmente te cansas de vivir.
De esas veces que realmente te cansas de cargar con todo.
De esas veces que te aburres de ser siempre el que entrega todo.
De esas veces que gritar no es posible, porque tienes tanta indiferencia atorada en la garganta.
De esas veces que correr no te aleja de ti mismo, de tu absurda realidad.
De esas veces que nada se puede derrumbar, porque nada se construyó.
De esas veces que el mundo gira sin descanso, a pesar de que te quieres bajar.
De esas veces que las respuestas son tan simples, que prefieres no formular las preguntas.
De esas veces que ni una foto, ni un recuerdo, ni una palabra importan ya.
De esas veces que ni siquiera un nombre te puede provocar una sonrisa.
De esas veces que a pesar de que lo intentas, la sonrisa simplemente no sale.
De esas veces que cierras el twitter y regresas a la vida que no tienes, a esa que a nadie le importa.

1 oct 2012

Brazos de Sol...


Brazos de Sol.
Alejandro Filio.


Hoy me vino la gana que no las musas, hoy no tengo pretextos ni disculpas, para cantarte a ti. Para escribirte un verso y descolgarme desde aquí. Hasta las ganas de la mañana, ya por venir.

El primero y el segundo del año, mientras esta mujer rompe el espacio. Para inventarse al fin, para mirarla toda en el silencio y de perfil; tomo sus manos, como escenario, para existir.

Y es que no importa que digan que "está trillado hablar de amor", ¡Que maldigan!, sin han probado la noche en sus brazos de Sol.

Y es que no importa que digan que "está trillado hablar de amor", ¡Que maldigan!, sin han probado la noche en sus brazos de Sol.

Se detiene el reloj sobre nosotros, caen las diez que resbalan por sus hombros y se cuela la luz, que se enreda en tu pelo, pero la liberas tú. Oro y diamante, por un instante, de tono azul.


Y es que no importa que digan que "está trillado hablar de amor", ¡Que maldigan!, sin han probado la noche en sus brazos de Sol.

Y es que no importa que digan que "está trillado hablar de amor", ¡Que maldigan!, sin han probado la noche en sus brazos de Sol.