Cuando en un matrimonio uno de los cónyuges vive haciéndole la vida pesada al otro, a veces éste último toma la decisión de salirse del hogar.
Generalmente las personas que se separan de sus cónyuges, pasan por una etapa sumamente difícil, relacionada con la falta de confianza en sí mismos y sobre todo, de amor propio.
Esto genera que el cónyuge abusado haga todo lo que esté de su parte para dejar de depender emocionalmente del abusador, por lo que está dispuesto a aceptarle lo que sea.
El abusador tiene la seguridad de controlar en forma absoluta al abusado, por lo que cuando se habla de divorcio voluntario, empieza a sentir que se le salen las cosas fuera de control.
El cónyuge abusado pide consejo legal a fin de poderse divorciar de la manera menos dolorosa posible de su pareja; en la mayoría de los casos el abusador acepta el divorcio "voluntario".
El problema de fondo es que el abusador no quiere perder el control que ha mantenido durante toda la relación y por ello, lo que pretende al aceptar el divorcio, es seguirlo manteniendo.
¿Cómo se logra este control, si ya se está en un proceso de divorcio? Fácil, imponiendo condiciones exageradas en el convenio que hagan que el otro se moleste y deje todo por la paz.
Otro asunto importante es que la mayoría de las legislaciones prevén el asunto del abandono de hogar, por lo que quien sale de la casa, tiene el tiempo en contra para poderse divorciar.
Lo más sano es que quien desea terminar una relación destructiva, trate por todos los medios a su alcance de convencer al otro de divorciarse, antes de salirse de la casa.
Esa solución tiene una pequeña arista: en caso de que el otro no acepte y si es indispensable dejar de estar con él, es necesario que el cónyuge abusado inicie un procedimiento legal al salirse.
Esto último dará la tranquilidad al cónyuge abusado de que no va a ser acusado de abandono de hogar, pero además, se puede iniciar un proceso de divorcio por violencia familiar.
Por lo menos en México, la violencia familiar está considerada como causal de divorcio y se refiere no sólo a abuso físico, sino también al mental.
Es necesario que antes de salirse del hogar se analicen todas las alternativas, se pida consejo legal, pero sobre todo, la persona debe de aprender a valorarse a sí misma.